lunes, 2 de julio de 2012

Hacia otra nueva Ley Orgánica: la LOMCE

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha anunciado una nueva ley educativa. Se trata de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que entrará en vigor el curso 2013-2014. El pasado 29 de junio el ministro presentó un informe de anteproyecto al Consejo de Ministros.
En esta entrada, os mostramos dos informaciones que nos parecen relevantes: en primera instancia, la propia información que ofrece el propio Ministerio de Educación; seguidamente, la publicada en el diario ABC.

La web oficial del Ministerio así lo expone:

 

El Ministro de Educación, Cultura y Deporte presenta al Consejo de Ministros un primer informe sobre el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa

29 de junio de 2012
Consejo de Ministros
  • En las últimas décadas se ha alcanzado la universalización de la educación pero el sistema actual no permite progresar hacia una mejora de los resultados.
  • El sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocer y potenciar la diversidad de talentos que poseen todos los estudiantes.
  • Mejorar la calidad de la enseñanza requiere el compromiso de toda la comunidad educativa para lo que se abre un periodo de información pública y de diálogo.
El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha presentado esta mañana al Consejo de Ministros un primer informe sobre el anteproyecto de Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa, que modificará la Ley Orgánica de Educación de 2006.
La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. Su nivel educativo determina la capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro.
Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por la competitividad en el mercado global.
En la esfera individual, el nivel educativo determina las metas y expectativas de la trayectoria vital, tanto a nivel profesional como personal. El conjunto de conocimientos, recursos y herramientas de aprendizaje capacitan a una persona a cumplir con éxito los objetivos planteados.
Por tanto, la educación es un bien público de vital importancia y una fuente de ventajas materiales y simbólicas para los individuos. Ventajas tanto mayores cuanto más avance cada uno en ese proceso y mejores resultados obtenga en él.
Desde la Transición a la Democracia, España ha alcanzado unas tasas de escolarización desde los 3 años prácticamente del 100%. Ha desarrollado, además, los instrumentos necesarios para asegurar unos niveles mínimos de educación, cubriendo las necesidades básicas de los estudiantes para garantizar su asistencia a clase (infraestructura de los colegios, libros de texto, transporte y comedor escolar) y asegurando que el conjunto de los colegios alcanza unos niveles mínimos de calidad mediante el establecimiento de criterios de uniformidad. Debemos pues considerar como un logro de las últimas décadas la universalización de la educación.
Sin embargo, el sistema actual no permite progresar hacia una mejora de los resultados. Lo ponen en evidencia las pobres calificaciones obtenidas por los alumnos españoles en las pruebas de evaluación internacionales como PISA, las elevadas tasas de fracaso escolar y abandono escolar temprano y el reducido número de estudiantes que alcanza la excelencia. La objetividad de los estudios comparativos internacionales, que reflejan como mínimo el estancamiento del sistema, llevan a la conclusión de que es necesaria una reforma del sistema educativo que huya de los debates ideológicos que han dificultado el avance en los últimos años. Es necesaria una reforma práctica, que permita desarrollar al máximo el potencial de cada alumno.
El principal objetivo de esta reforma es mejorar la calidad educativa partiendo de la premisa de que ésta debe medirse en función del "output" (resultados de los estudiantes) y no del "input" (niveles de inversión, número de profesores, número de colegios, etc.). Para ello, todos y cada uno de los alumnos serán objeto de atención en una búsqueda de desarrollo del talento, que convierta a la educación en el principal instrumento de movilidad social, ayudando a superar barreras económicas y sociales y generando aspiraciones y ambiciones realizables para todos.
Los principios en los que se basa esta reforma son dos:
  • En primer lugar, la igualdad de oportunidades que permita a cada estudiante acceder a una educación gratuita y de calidad hasta el final de la etapa obligatoria y motivar a la mayoría a continuar los estudios post-obligatorios.
  • En segundo lugar, el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocer y potenciar el talento que poseen todos los estudiantes.
El reconocimiento de la diversidad entre alumnos en sus habilidades y expectativas es el primer paso de cara al desarrollo de una estructura educativa que contemple diferentes trayectorias. La lógica de la reforma se basa en la evolución hacia un sistema capaz de canalizar a los estudiantes hacia las trayectorias más adecuadas a sus fortalezas, de forma que puedan hacer realidad sus aspiraciones, y se conviertan en rutas que faciliten la empleabilidad. Los estudiantes con problemas de rendimiento contarán con programas específicos de apoyo que mejoren sus posibilidades de continuar en el sistema.
La reforma que se plantea pretende ser gradualista, prudente y basada en el sentido común. Su puesta en marcha requiere de diálogo para conseguir que, con las aportaciones de todos, seamos capaces de alcanzar un acuerdo que consiga el compromiso de alumnos, familias y profesores. Es fundamental que la reforma educativa sea sostenible en el tiempo, pues su éxito se medirá en función de la mejora objetiva de los resultados de los alumnos. Esto permitirá que la educación deje de percibirse como un campo de batalla político y se convierta en un objetivo común.
Los estudios internacionales ponen de manifiesto que los países que han mejorado de forma relativamente rápida la calidad de sus sistemas educativos han implantado, básicamente, las siguientes medidas:
  • Simplificar el currículo y reforzar los conocimientos instrumentales.
  • Flexibilizar las trayectorias de forma que los estudiantes puedan elegir las más adecuadas a sus capacidades y aspiraciones,
  • Desarrollar sistemas de evaluación externa, censales y consistentes en el tiempo.
  • Incrementar la transparencia de los resultados.
  • Promover una mayor autonomía y especialización en los centros.
  • Exigir a los estudiantes, profesores y colegios la rendición de cuentas.
  • E incentivar el esfuerzo.
Basándose en los resultados de estas experiencias internacionales y una vez analizado el sistema educativo de nuestro país, el primer informe presentado al Consejo de Ministros incluye las siguientes líneas de trabajo:
  • Reducir el número de materias y vías y aumentar la carga lectiva de las materias instrumentales, tanto en ESO como en Bachillerato.
  • Cursar, a partir de 2º de la ESO, programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento así como de cualificación profesional.
  • Adelantar a 3º de la ESO la elección de itinerarios a través de la elección de materias y convertir 4º de ESO en un curso de iniciación con dos trayectorias bien diferenciadas: hacia Bachillerato y hacia Formación Profesional.
  • Realizar evaluaciones externas al final de cada etapa, que serán diseñadas por el Gobierno en la parte de enseñanzas mínimas y por las Comunidades Autónomas en la parte restante.
  • Facilitar el acceso de FP de grado medio a FP de grado superior.
Por lo que respecta a los centros docentes, el informe incluye medidas tendentes a:
  • Promover la especialización de los centros docentes.
  • Una mayor autonomía para la gestión de los centros docentes, para impulsar y desarrollar acciones orientadas a la mejora de la calidad.
  • Promover el uso de las TIC como recursos de apoyo, la utilización compartida de plataformas digitales por autoridades educativas, centros docentes, profesores y alumnos, y la selección de recursos digitales de calidad.
  • Potenciar el plurilingüismo.
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El diario ABC, por su parte, explicaba así la noticia del informe de anteproyecto de la nueva Ley:

Un verdadero terremoto es lo que prepara el ministro de Educación, José Ignacio Wert, con la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, cuyo anteproyecto presentó ayer en el Consejo de Ministros. Técnicamte modificará la LOE (Ley Orgánica de Educación), promulgada en 2006 con Zapatero en el Gobierno. Pero es mucho más.
El ministerio considera «un logro de las últimas décadas la universalización de la educación». Pero denuncia «las pobres calificaciones obtenidas por los alumnos españoles en las pruebas de evaluación internacionales como PISA, las elevadas tasas de fracaso escolar y abandono escolar temprano, y el reducido número de estudiantes que alcanza la excelencia».
Ante este estado de cosas, y basándose en el principio de igualdad de oportunidades y de que todo ser humano posee talento y puede y debe encontrar su sitio en la sociedad, se introcen los cambios.

Revolución

El primer resorte es «reducir el número de materias y vías, y aumentar la carga lectiva de las asignaturas instrumentales», tanto en la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria) como en el Bachillerato. Es decir, habrá un 25 por ciento más de Matemáticas y Ciencias, Lengua e Idiomas.
A partir de segundo de la ESO se introducirán «programas de mejora del aprendizaje, del rendimiento y de cualificación profesional». Se adelantará a tercero de la ESO la elección de itinerarios a través de la elección de materias. Y finalmente se convertirá cuarto de la ESO en «un curso de iniciación con dos sendas bien diferenciadas: hacia el Bachillerato y hacia la Formación Profesional».
Habrá «evaluaciones externas al final de cada etapa», que serán diseñadas por «el Gobierno en la parte de enseñanzas mínimas y por las autonomías en la parte restante». Y se facilitará el acceso de la FP de grado medio a la FP de grado superior.
Lo enunciado quiere decir, por ejemplo, la introducción de tres exámenes a escala nacional para pasar del Primaria a la ESO, de la ESOal Bachillerato y al final de Bachillerato. Se podrá «repetir» sexto de Primaria, por ejemplo, si no se aprueba el exámen al final de esa etapa. Y solo se podrá superar un curso académico con dos materias suspendidas (no con tres o más, como ahora). Para obtener el título de bachiller, habrá que aprobar la prueba «ad hoc» de «reválida». La nota final será una media en la que el peso del 60% se lo llevará el expediente, y el 40% restante la nota propiamente del examen. Además, cada Universidad podrá establecer las pruebas de acceso que crea pertinentes.
El plan del ministerio es comenzar, a partir de la semana que viene, un periodo de diálogo con los partidos políticos y con todos los sectores implicados. Aunque, al parecer, lo tiene todo pensado hasta el detalle, el departamento de Wert está abierto a propuestas y mejoras, siempre que no descuadren el planteamiento inicial, que pretende superar enfrentamientos ideológicos y centrarse en esquemas de mejora de resultados.
El proceso de consultas desembocará en un borrador que pasará al Congreso de los Diputados antes de finales de año. Por lo tanto, ya para el curso 2013-2014 entrará en vigor la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Como suele ocurrir en textos de este calado, la nueva ley adquirirá pleno desarrollo en los tres cursos siguientes.
El Consejo de Ministro aprobó el Real Decreto por el que se establecen los umbrales de renta y patrimonio familiar y las cuantías de las becas y ayudas al estudio para el curso 2012-2013. La novedad es que los universitarios con beca que no aprueben el 50% de los créditos tendrán que devolver el dinero. El reintegro de la cuantía de las «becas salario» tiene como objetivo «evitar la utilización fraudulenta de estas ayudas», dijo Wert. Hasta ayer, la condición para no tener que devolverla era «presentarse a un tercio de los créditos matriculados». «El alumno podía presentarse al examen y dejarlo en blanco para no tener que devolver el importe de la beca», añadió.

Las palancas del cambio

1. Cultura de la evaluación
Desaparece la Selectividad como tal, pero habrá tres exámenes de final de ciclo que habrá que superar si se sigue la vía académica: al final de Primaria, la ESO y el Bachillerato. Además, las universidades podrán introducir pruebas especiales de acceso.
2. Facilitar itinerarios
El ministerio pretende que la elección, sin ser coercitiva, se adecue a las capacidades del alumno, que ya a partir de 2.º de la ESO puede tener «programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento, así como de cualificación profesional». Las «pasarelas» no cerrarán caminos.
3. Rendición de cuentas
El ministerio exigirá a los estudiantes, profesores y colegios la rendición de cuentas e incentivará el esfuerzo. El sistemas de evaluación externa, «censales y consistentes en el tiempo» creará transparencia sobre la calidad de cada centro.
4. Volver a las materias clave
Comprensión lectora, Matemáticas e Idiomas van a ganar un 25% más de peso con la reforma, carga que perderán optativas descafeinadas. Eso será compatible con promover la especialización y mayor autonomía en la gestión de los centros, y de ese modo «impulsar la calidad».
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¡OJO AL DATO!
Nótese que hemos advertido un claro error en la información aportada por este diario, cuando indica en el punto 1 de "Las palancas del cambio"(Cultura de la evaluación) que "habrá tres exámenes de final de ciclo". Entendemos que se trata de un error del diario ABC, puesto que seguidamente explican que será al final de Primaria, de ESO y de Bachillerato. Así, como es sabido, la Primaria es una etapa compuesta por tres ciclos de dos años cada uno. No será aplicada dicha evaluación, desde nuestro punto de vista, a final de cada ciclo, sino a final de cada una de las 3 etapas: Primaria, ESO y Bachillarato.